
Mi marido había comprado un rollo de cuerda para cosas del jardín y bricolaje. Ya sabéis, para atar las ramas de tomates, domar árboles,... Era una cuerda fina de nylon, creo, de un color azul precioso y brillante. Vamos, que a mí me estaba llamando. Éste es el susodicho:
Los que me sigáis por Instagram ya lo habéis visto.
Pues al final, lo que salió, con unas cuentas de madera, fue una pulsera shambala muy chula.
También en Instagram.
Aquí tenéis otra foto (con la cámara, las otras son de móvil), para que la veáis en todo su esplendor. Si el que no crea, es porque no quiere.